Los países del G20 han mostrado un considerable compromiso con el avance de la igualdad de género.
En el corazón de la capital de la India, líderes y expertos internacionales se reunieron en Nueva Delhi del 9 al 12 de octubre de 2023, con una agenda unificada: promover el liderazgo y empoderamiento de las mujeres en los sistemas agroalimentarios globales. Su mensaje no solo fue un llamado a la acción, sino un llamado claro a una reorientación estratégica en la forma en que el mundo percibe el liderazgo agrícola. La elección de India como sede de la Conferencia Internacional de Género fue apropiada. India, con sus diversas prácticas agrícolas y su rica historia de mujeres desempeñando roles fundamentales en los sistemas agroalimentarios locales, brindó un telón de fondo ideal. El tema, "De la investigación al impacto: hacia sistemas agroalimentarios justos y resilientes", fue un testimonio del creciente reconocimiento del papel integral de las mujeres en la configuración de nuestro futuro panorama agrícola. Esta conferencia, una iniciativa conjunta de la Plataforma de Impacto de Género de CGIAR y el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR), no fue solo un encuentro profesional. Fue un encuentro académico y basado en investigaciones que tuvo como objetivo presentar conocimientos concretos y acciones aplicables. La discusión se basó en evidencia sólida que demostró que integrar a las mujeres en el centro de las políticas, proyectos y programas agrícolas no es solo un gesto de igualdad, sino una necesidad para la productividad, la seguridad alimentaria y la resiliencia climática. El momento no podría haber sido mejor. Después de la conclusión de la Cumbre del G20, donde la inclusión de género, especialmente en la seguridad alimentaria y la acción climática, se convirtió en un punto de discusión central, esta conferencia brindó profundidad y peso académico a las deliberaciones anteriores. Uno podría preguntarse, ¿por qué este renovado enfoque en las mujeres en la agricultura ahora? Si bien las mujeres siempre han sido el pilar de la agricultura a pequeña escala, especialmente en regiones como el sur de Asia y África, sus contribuciones a menudo han sido invisibles, subestimadas o eclipsadas. Esta conferencia tuvo como objetivo cambiar esta narrativa. Entre las muchas estrategias innovadoras discutidas, el papel de las colectivas, como las Organizaciones de Productores Agrícolas, se destacó como un cambio de juego. Históricamente, estas colectivas han estado dominadas por hombres, pero hay una comprensión creciente de que ampliar el acceso de las mujeres a través de estos canales puede tener beneficios en cascada. No solo aumenta su alcance a recursos y mercados esenciales, sino que también las posiciona como tomadoras de decisiones, sentando las bases para sistemas agroalimentarios justos y resilientes. Al inaugurar la conferencia, la Presidenta Droupadi Murmu afirmó que durante mucho tiempo las mujeres han sido excluidas de los sistemas agroalimentarios. Agregó que forman la mayor parte de la base de la pirámide más baja de la estructura agrícola, pero se les niega la oportunidad de escalar en la jerarquía y asumir el papel de tomadoras de decisiones, explicó. La Presidenta Murmu señaló que India ha estado presenciando los cambios necesarios con las mujeres empoderándose cada vez más a través de intervenciones legislativas y gubernamentales. Hablando en el cierre de la Conferencia Internacional de Género, Amitabh Kant, el representante de India en el G20, dijo que los países del G20 han mostrado un compromiso considerable para avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y ahora es crucial pasar a la acción. La Directora General Adjunta (RRHH) de ICAR, Seema Jaggi, fue una fuente de conocimiento. Ella resumió los resultados multifacéticos de la conferencia, enfatizando los cuatro pilares respaldados por los líderes del G20. Las áreas prioritarias que destacó no fueron solo estrategias, sino también posibles revoluciones por sí mismas: la necesidad de inversiones importantes en seguridad alimentaria y nutrición, la urgencia de adoptar y promover metodologías agrícolas inteligentes en términos de clima, la necesidad de cadenas de valor agrícolas inclusivas que no dejen a ningún agricultor atrás y el potencial sin explotar de la digitalización en la transformación de las prácticas agrícolas. Sin embargo, cualquier estrategia, por completa que sea, solo es tan buena como su ejecución. Y la ejecución requiere asociaciones. Este sentimiento fue repetido por la Representante del país para India y Líder de Investigación de Género y Medios de Vida del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI), Ranjitha Puskur. "Construir puentes entre investigadores, formuladores de políticas y el sector privado es fundamental", opinó, haciendo hincapié en que los esfuerzos aislados en el mundo interconectado de hoy son inútiles. Su visión de un ecosistema de investigación integrado, con una amplia participación de los sistemas nacionales de investigación agrícola, es una hoja de ruta que muchos países podrían adoptar. A medida que las discusiones llegaban a su fin, representantes de organizaciones globales como CARE USA, GIZ y la Fundación Bill y Melinda Gates, todas ellas con importantes intereses y una larga trayectoria en el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y la igualdad de género, reflexionaron profundamente sobre el discurso, considerando las implicaciones de los hallazgos y deliberando sobre posibles estrategias de colaboración para el futuro. Convergieron en un punto: la investigación debe traducirse en acciones concretas a nivel del terreno. Su llamado unificado fue por soluciones específicamente adaptadas a las pequeñas agricultoras, quienes a menudo se enfrentan a múltiples roles y desafíos únicos. La conferencia internacional de investigación de género agrícola de cuatro días, que incluyó 4 sesiones plenarias, 54 sesiones paralelas y 6 sesiones de póster, reunió a representantes de más de 60 países, debatiendo cómo la investigación de género agrícola puede contribuir a sistemas agroalimentarios más resilientes y justos. En conclusión, mientras nos enfrentamos a crecientes desafíos de seguridad alimentaria e incertidumbres climáticas, hay un consenso global palpable: el futuro de la agricultura está inextricablemente ligado al empoderamiento de las mujeres. El mundo ha comprendido que esto no es solo una agenda sociocultural, es un imperativo económico y ambiental. A medida que las naciones remodelan sus estrategias, está claro que las mujeres no solo serán participantes, sino líderes en esta revolución agrícola global.